2 de enero de 2018

Triple fracaso del Partido Popular en Cataluña, triste consuelo para las izquierdas

El Partido Popular ha fracasado en Cataluña triplemente: primero con la gestión del referéndum, que dijo repetidamente que no se produciría, asegurando a su electorado y a toda España que el referéndum en Cataluña no se celebraría: fracasó, el referéndum se celebró y participaron en torno a dos millones de catalanes, no sabemos exactamente cuántos. Fueron a votar desafiando al Gobierno del PP, a las amenazas de sanciones y multas si se iba a votar y a más sanciones si se formaba parte de las mesas electorales o de la organización. Con urnas y papeletas guardadas en las casas y claustros de los centros escolares haciendo actividades “extraescolares” durante todo el fin de semana para que los colegios no se cerraran ni precintaran…, y desafiando también a los que llamaban a no ir a votar, es decir PSOE y Ciudadanos. 
La continuación de ese fracaso fue la gestión del día del referéndum. El PP no esperaba esa amplísima organización, ni esperaba esa participación masiva y pacífica, frente a la cual desplegó una violencia gratuita. Violencia muy gratuita: porque no sirvió ni siquiera para el fin por el cual la ejercía, que era evitar la celebración del referéndum. Ya es delito ordenar que la policía antidisturbios cargue violentamente contra ciudadanos pacíficos, esto está especificado en la ley de seguridad ciudadana de cualquier país democrático del mundo, España incluida. La violencia que puede ejercer la policía siempre será en la medida que sea estrictamente necesaria y frente a la existencia de un peligro mayor para la seguridad ciudadana si esta violencia no es ejercida. Caso que no se daba el uno octubre, cuando las fuerzas del orden intervinieron creando desorden y cientos de heridos. Pero es que además el Gobierno del PP no consiguió paralizar el referéndum, ni dar la imagen de autoridad que buscaba para su electorado español. Un operativo fracasado pero con un Gobierno que no reconoció ni un solo error, con un Ministro del Interior asegurando lo acertado de la intervención y felicitando a sus policías. Además, deterioró la imagen democrática de España como país, mostrando a un Gobierno autoritario.
El tercer fracaso del PP en Cataluña ha sido el resultado de las elecciones. Por primera vez en tres décadas, el PP se queda como séptima fuerza política en el parlamento catalán y sin grupo parlamentario. Algunas conclusiones generales que podemos sacar:
  1. Va a ser difícil que el PP pueda seguir gobernando en España como si no hubiera pasado nada, siendo una fuerza con presencia marginal en Cataluña, la Comunidad Autónoma que aporta más del 19% del producto interior bruto (PIB) a la economía española. La previsión cierta y próxima es que habrá un adelanto electoral. Desde diferentes ámbitos se forzará a que Rajoy convoque elecciones generales en los próximos meses. Antes de que el declive del PP y sus peleas internas se hagan más públicas, con una FAES-Aznar amagando en su apoyo a Ciudadanos, y pendientes de decenas de juicios por corrupción con posibles sentencias desfavorables, a pesar de sus maniobras en la manipulación de tribunales.
  2. Después de las elecciones catalanas podemos definitivamente afirmar: Españoles: el bipartidismo, ha muerto.
  3. A pesar de lo cual en Cataluña las derechas han conseguido el principal de sus objetivos: que no se hable del eje izquierda-derecha, ni de los de arriba y los de abajo, en definitiva que no se hable de clases sociales, ni de privilegios, ni de pobreza o corrupción, y ya de la lucha de clases para qué, de eso ni te cuento. Que quede todo difuminado por el eje de pensamiento único del debate independencia anti-independencia (como ya habíamos comentado (http://blogs.publico.es/dominiopublico/24592/quince-tesis-sobre-catalunya-el-proces-y-espana/). En este escenario las derechas siempre ganan: el voto a las opciones de izquierdas ha bajado en los diferentes ámbitos y bloques presentes. La paradoja es que no se discute de la izquierda y la derecha, que estos términos parecen no explicar nada, pero es evidente que sí suben las derechas en el Parlamento catalán.
  4. Esto no es óbice para que señalemos, esquemáticamente, algunos errores de la política de la opción más claramente de izquierdas, la de los Comunes + Podem. La marginación de Errejón y de Alberto Garzón en la campaña catalana ha sido sangrante (como lo es en general en UP). También señalar los errores de la seguramente mejor líder de la izquierda catalana actual, Ada Colau: rompió el gobierno municipal que mantenía con el PSC en Barcelona, en base a una desavenencia política general (la aplicación del 155) y es difícil que esta ruptura pueda ser valorada positivamente por la mayoría del vecindario barcelonés. No se entiende que si el pacto de gobierno era positivo para la ciudad se rompa. Por otra parte, su equilibrismo y ambigüedad sostenida en el tiempo ha sorprendido. Como ejemplo recordemos que Colau salió a los medios de comunicación al día siguiente de la aprobación de la DUI (27 de octubre, Declaración Unilateral de la República-aplicación del 155), para decir que, como Alcaldesa, no sabía si Cataluña era ya o no una República independiente. Esto a pesar de que la aprobación parlamentaria de la DUI era no solo ilegal si no también ilegítima, al declarar independiente una Comunidad Autónoma por unos partidos que representaban apenas el 48% del voto.
Si Colau y los Comunes habían dicho repetidamente que la convocatoria del 1 de Octubre era solo un día de movilización y que carecía de eficacia ¿a qué venían las dudas sobre en qué situación se estaba con la DUI? Ni siquiera Puigdemont ha declarado, en ningún momento de toda esta historia “soy el Presidente de la nueva República de Catalunya”. Más bien sus declaraciones desde el 1 de octubre parecen dictadas por sus abogados.
  1. Podem se presentaba con una escisión independentista reciente y la coalición de izquierdas ha quedado atrapada entre dos bloques enfrentados, no dejando suficientemente claro a lo largo de todo el proces un argumentario simple, que pudiera ser entendible, como lo han hecho el resto de fuerzas, en su caso una apuesta clara por defender el “SÍ a un referéndum pactado para poder votar NO a la independencia”. Lo único que se entendió fue su no al 155 y el sí a la reforma de la Constitución.
El remate final ha venido de Carmena, creando una crisis en el gobierno de izquierdas de la capital madrileña tres días antes de la votación catalana, dando la imagen de que son imposibles los gobiernos unitarios del cambio y asumiendo el deber de arrodillarse ante Montoro…
  1. Terminamos con un tema de fondo. España no vive en una dictadura, no seguimos en el franquismo, a pesar de lo que dicen algunos, incluidos destacados independentistas e izquierdistas, pero sí podemos decir que en España padecemos un Estado Autoritario.
Aunque todo depende de las definiciones de cada cual, los síntomas de la deriva autoritaria son múltiples y fácilmente contrastables. Decir que vivimos en la dictadura o en el franquismo además de injusto para todos los antifranquistas, para las miles de víctimas y militantes demócratas, es una banalización de lo que fue la Dictadura criminal franquista.

Sí podemos citar algunos de los síntomas preocupantes del Estado Autoritario: la separación de poderes es mínima. Cientos de corruptos de las derechas (oligárquica, mediática o borbónica) campan a sus aires pendientes de juicio o, aunque hayan sido condenados, pendientes de recursos. Mientras, tuiteros, artistas, jóvenes de Alsasua o manifestantes están en prisión o multados por la Ley Mordaza. Y dirigentes independentistas permanecen en prisión, sin posibilidad de salir bajo fianza y llevan así varios meses, aplicación cautelar que habitualmente solo se aplica a delincuentes acusados de asesinatos o a criminales peligrosos. En España se está aplicando a dirigentes políticos acusados de delitos que, en su mayor parte, ni siquiera existen como tales delitos en otros países europeos. Desobedecer una ley no puede ser motivo para una prisión incondicional sin fianza.

Y podemos seguir con múltiples ejemplos de una democracia en retroceso: reducción en las protecciones del Estado social, desahucios de familias con menores, gente pagando alquileres por dormir en un balcón, casi un 30% de la población española por debajo del umbral de la pobreza… en definitiva, aumento de las desigualdades en todos los ámbitos. Practicando todos estos delitos económicos y sociales un Estado solo se puede mantener si es Autoritario.



Versiones anteriores (algo reducidas) de las dos últimas entradas de este Blog sobre Cataluña han sido publicadas en el diario Público.es:

1 comentario:

  1. Ramón Hernández Carrera ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Triple fracaso del Partido Popular en Cataluña, tr...":

    Un artículo este del compañero Alberich para la división de opiniones.

    Su análisis sobre el PP, obviamente adecuado.

    Sobre las causas de la pretendida "tristeza" para las izquierdas ya es, a mi juicio, más cuestionable.

    El no tener en cuenta por el artículo que el origen y realización práctica de la revuelta catalana han sido posibles gracias a un proceso movilizador sostenido en el tiempo, hecho desde abajo y muy participado, a lo que se sumó el arrojo y organización de la población catalana del 1 de Octubre y del 3 de Oct., quita bastante fuerza a la tesis del mismo según el cual Los Comunes y Podem Catalunya no han sido claros al no posicionarse claramente frente al Proçes, ya que el artículo sólo ve una parte de los hechos y no el conjunto de los mismos.

    En efecto, para el compañero Alberich CECPodem ha manteniendo una presunta indefinición frente al Proçes, el cual, para el articulista, sería ilegal e ilegítimo en su vertiente DUI. (Lo que así explicado, sin más, queda algo débil).

    En cambio, pienso que la postura de Comunes y Podem ha sido una postura coherente de defensa del referéndum pactado, si bien y a la vez, fatalmente equidistante, o nada confluyente con una ciudadanía claramente empoderada, lo que sí sería criticable, a mi juicio, al no saber, o, mejor, no querer conectar con un proceso movilizador muy interesante y digno como el del 1 y 3 Oct.).

    Esperemos que los diagnósticos de las fuerzas de izquierda en Catalunya puedan ser, en adelante, más colaborativos y menos enfrentados y siempre en clara escucha de la población que reivindica una transformación de un estatus quo irrespirable causado por el PP en esa nación, como en el resto del Estado, en un contexto de fin de Régimen 78.

    Gracias al autor por permitir la participación.

    Ramón Hernández.

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